Comprender el Universo, explorar lo desconocido y reflexionar sobre el significado de nuestra existencia en el cosmos son objetivos comunes de la astronomía y la literatura, dos disciplinas que se hacen preguntas fundamentales y recurren, en primera instancia, a la imaginación para tratar de responderlas, coincidieron tres expertos reunidos en la UNAM.
“Estar viendo el cielo está ligado con todos los mitos de origen acerca de dónde venimos, y ha servido para proyectar sueños, anhelos, miedos y fobias. Desde siempre se ha buscado un entendimiento de lo que está allá arriba, y el conocimiento del universo ha sido útil no solo para historias de creación sino para hacer calendarios, y saber cuestiones tan concretas como cuándo iba a llover”, afirmó William Lee Alardín, coordinador de la Investigación Científica de la UNAM.
Durante el conversatorio Astronomía y Literatura, realizado en la V Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (FILUNI), el astrónomo ahondó que, en muchos casos, lo que hoy es ficción mañana es ciencia. “Siempre hemos tratado de ver qué hay más allá, y para lograrlo hemos inventado nuevos instrumentos, nuevas reglas y metodologías para tratar de entender lo que nunca hemos visto. Así ha avanzado el conocimiento científico”.
“Hacemos censos porque las personas somos compulsivamente catalogadoras de las cosas, queremos entender de dónde vienen las estrellas y cómo funcionan, y para ello hacemos catálogos científicos”, señaló.
En el evento moderado por José Franco López, investigador y exdirector del Instituto de Astronomía (IA), Lee Alardín dijo que esta necedad por estar buscando lo que está más allá es también una búsqueda por entender dónde estamos nosotros.
“Y aquí entra una interacción muy bonita con la literatura, porque la exploración literaria, de pensamiento y de creación artística es un intento por explorar lo que está dentro de nosotros, lo que llevamos en la conciencia, lo que pensamos, lo que nos anima y emociona”, subrayó.
Así, la astronomía hace una búsqueda hacia afuera y la literatura hacia adentro, muchas veces con planteamientos anticipatorios pero siempre haciéndose preguntas, agregó.
Participante del conversatorio, la escritora Gabriela Damián Miravete planteó que quienes escriben ciencia ficción tienen la misma curiosidad que los científicos.
“Sor Juana lo que quiere es salirse de su cuerpo físico, que además estaba atado por las condiciones del género, para poder conocer los misterios del universo. Y eso es ciencia ficción”
Gabriela Damián Miravete
Aseguró que la ciencia ficción nació en México con Sor Juana Inés de la Cruz. “Si leemos el poema Primero sueño y lo relacionamos con Somnium, de Johannes Kepler, vamos a encontrar muchas similitudes.
“Sor Juana lo que quiere es salirse de su cuerpo físico, que además estaba atado por las condiciones del género, para poder conocer los misterios del universo. Y eso es ciencia ficción”, señaló.
Dijo que en el poema Primero sueño hay una potencia imaginativa que dialoga con la ciencia de su tiempo. “Lo que hace Sor Juana es construir un espacio utópico en el que su conocimiento y su poesía; deja de ser lo que es en la Tierra y puede acceder a las maravillas del universo”.
La escritora mencionó varios ejemplos de literatura de ficción donde sitios fuera de nuestro planeta, como Marte y la Luna, han sido escenarios de los personajes, como Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift; La guerra de los mundos, de H.G. Wells; Una princesa de Marte, de Edgar Rice Burroughs; y Las crónicas marcianas, de Ray Bradbury.
En su oportunidad, el moderador José Franco opinó que la astronomía es la ciencia más humanista que existe, pues nos plantea problemas fundamentales, filosóficos, y además es una gran transformadora de la sociedad.
“Desde el inicio mismo de las civilizaciones la astronomía ha estado presente, pero hoy gracias a esta ciencia tenemos Wi-Fi, que fue inventado por astrónomos para transmitir la información de un radiotelescopio a un centro de cómputo”, comentó.
Añadió que el desarrollo espacial en buena medida ha sido empujado por la astronomía, así como las cámaras digitales y muchas otras tecnologías que hoy usamos de manera cotidiana. (Fuente: Universidad Nacional Autónoma de México https://www.dgcs.unam.mx)